sábado, 5 de marzo de 2011

Es corriente

El otro día llamó una clienta para preguntar si yo podía hacer la prueba que habían realizado a su Cavalier King Charles en Francia para ver si estaba libre de enfermedad cardiaca. Según comentó, en un principio, se trataba de un electrocardiograma; al manifestar yo mi extrañeza de que hubiesen realizado un electrocardiograma para certificar la ausencia de patología cardiaca en esa raza y tras echar la propietaria un nuevo vistazo a su informe me dijo, nooo, perdón, me había equivocado, pone ecocardiografía...¡Ah! eso ya es otra cosa.El Cavalier King Charles es una raza de perros poco frecuente en España que tiene entre otras características padecer con frecuencia y en edad más temprana de lo esperado degeneración mixoide de la válvula mitral. Por ello es deseable realizar de manera rutinaria exámenes para descartar la presencia de la enfermedad -fundamental en perros destinados a la cría- y, evidentemente, para iniciar un tratamiento lo antes posible en caso de aparecer signos de la enfermedad que así lo aconsejen.
El exámen suele consistir en una detenida exploración general, la auscultación y finalmente una ecocardiografía bidimensional y en modo M para visualizar con todo detalle la válvula mitral y tratar de descubrir cualquier evidencia de alteración de la misma siendo uno de los primeros signos de alteración el prolapso auricular de la misma.
Los electrocardiogramas no nos van a proporcionar ninguna información interesante de esta patología y mucho menos, desde luego en sus estadíos iniciales...Y es que un electrocardiograma nos va a dar un registro gráfico de la función eléctrica del corazón. Efectivamente, lleváis razón, alteraciones anatómicas pueden dar alteraciones en el "cableado" eléctrico cardiaco y en su conducción, pero os aseguro que mucho antes de eso tenemos formas mejores de descubrir dichas alteraciones.

Se puede ver este enlace si no lo habeis hecho ya

Chispas

Si usamos la cabeza, y es muy importante usarla, nos podemos dar cuenta enseguida si estamos cometiendo un fallo y eso puede ser algo muy grave.

Ayer llegó a la consulta una perrita Bulldog Inglés de cuatro años -Lola-. Había tenido episodios sincopales desde hacía un par de semanas. En uno de ellos la llevarón de urgencia a una clínica donde realizaron un electrocardiograma. El diagnóstico fue rápido fibrilación auricular. El tratamiento digoxina y dilatadores venosos de acción prolongada.


Efectivamente una fibrilación auricular se diagnostica perfectamente con un electrocardiograma (también se diagnostica con un fonendo) y puede ser la causa de cuadros sincopales por insuficiencia cardiaca -falta de adecuado llenado ventricular y disminución de gasto cardiaco- Pero, ¿Debemos quedarnos ahí? ¿No debemos preguntarnos que hay detrás de todo esto? Si no lo hacemos, posiblemente Lola seguirá teniendo cuadros sincopales y en poco tiempo morirá sin un completo diagnóstico y un adecuado tratamiento.

Cuando vimos a Lola en la clínica presentaba una importante fibrilación auricular con una media de 230 latidos por minuto, disnea, mucosas pálido azuladas y una vitalidad insospechada para alguien en su estado (pero es que es un encanto de perra).

Lo primero que realizamos fue una radiografía de torax que puso en evidencia edema bronco alveolar, sobreelevación traqueal, y aumento marcado de la silueta cardiaca EV=13.
La ausencia de soplos en la auscultación nos hacía descartar en principio una patología valvular y posteriormente el estudio ecográfico -rápido ya que Lola se nos asfixiaba en cualquier postura que no fuese sobre sus cuatro patas- nos confirmó la presencia de una cardiomiopatía dilatada (hipertrófica excéntrica).

Bien, ya teniamos el diagnóstico definitivo, ya teniamos el origen de todo. Solo restaba modificar el tratamiento y esperar. Más adelante realizaremos un estudio ecográfico más detenido para una mejor valoración y ajustar el tratamiento...Ahora, de momento, lo primero es mejorar su eficacia cardiaca.